Ocurrencias mentales


  • IMPLORANDO A LOS DIOSES
Rezo por los antiguos Dioses, los nuevos, los hijos del bosque, el Dios de poniente esta noche y la que está por venir, de que se vaya de una puta vez esta calor que y me deje dormir, soy un caballero espigado que lucha con su almohada, blandiéndola en la cama de mil modos, me pongo de todas las posturas posibles de los Siete Reinos, croqueteo sobre la cama como rulillo de panadero, miro el reloj a cada instante, ceno con vino para adormecer mis sentidos y me levanto a mear dos veces antes de despuntar el alba. Soy hijo de Monís familia del pueblo de Port Royal, su blason: un muergo, su lema: "Camarón que se duerme, se lo lleva la corriente", pero ahora me encuentro en Hispalis a orillas del río Al-wadi al-Kibir, su blason: un Split de aire acondicionao, pueblo del fuego donde el sol todo quema y arrasa, con temperaturas insólitas donde sus ciudadanos se ocultan en la sombra al otro lado del muro, su lema: “ojú que caló”. Rezo por los antiguos Dioses, los nuevos, los hijos del bosque, el Dios de poniente, esta noche y la que está por venir, de que se vaya de una puta vez esta calor y que me deje dormir.




  • EL CONDUCTOR DE PICHA LAMPÍRIDA
El semáforo se pone en verde después de tres minutos eternos, vas a soltar toda la inpaciencia contenida, alegremente vas pisando el acelerador, cuando de repente detienes el pie, visualizas que el coche de delante no se mueve, el hijo puta no avanza, buaaaffff empiezas a respirar aceleradamente, uuugghhh la vena del cuello cada vez está más dilatada...”que hago pito o no pito”...cómo buen ciudadano coma entrecomillas ejemplar decides relajarte y tomártelo con paciencia, sabes que el claxon sólo se puede utilizar fuera de poblado y en circunstancias muy concretas, pe… pe… pe… pero el hijo puta no anda, el tiempo se te acaba, se va poner en rojo y lo sabes. En el carril doble colindante los coches no paran de circular, resoplas cómo un miura en el toril, desquiciado por salir al ruedo con sed de sangre, visualizas por el retrovisor un hueco en el carril contiguo, un resoplido final y aceleras esquivando el coche estancado, vuelves tu mirada asesina como lobo feroz hambriento hacia la del conductor, y.... ¡euuurekaaaa otro enfermo más!, el amigo esta whaseando con la cabeza agachada, son fáciles de detectar, es de noche, se está mirando el la entrepierna con las manos bajadas y una gran luz  le ilumina todo su rostro.





  • LO QUE DIGA EINSTEIN
Einstein dijo: Lo importante es no cesar de hacerse preguntas. Y me pregunte, “¿Por qué no vas al hipódromo a apostar hoy?, hace un día de p punto suspensivos madre.”
Antes de que llegara la respuesta, ya estaba allí el tío, retomando esa sensación de aumento de la frecuencia cardíaca, Einstein estaba dentro de mí, ¿Qué de gente hay hoy aquí, no?, ¿Por qué hay tantos stand de temas relacionados con marcas de coches?, ¿Habrá carreras hoy?, ¿Qué pedazos de coches hay aparcados en el parking?... El olor del dinero corría como caballo desbocado por aquel recinto despertando mi instinto, “¿cómo si te fueras hacer millonario?, tranquilo”, me volví a preguntar. 

Hoy era el día, soleado y sin viento, la primavera deslumbrante embrutecía a los pájaros en celo que se estrellaban en la cristalera del hipódromo, “¿Por qué no pintan halcones en los cristales?”, otra pregunta pero que no venía al caso; pasando de los pájaros me dispuse a pie de pista a ojear la pasada de los caballos que iban a competir en la carrera, y me pregunte, ¿Por qué caballo apuesto?, mientras ponía en práctica el consejo de Eisntein, me preguntaba todo el tiempo y… se me iluminó una bombilla, tanto, que explotó, encontré la respuesta a la pregunta más importante que eliminaba a la anterior, ¿Cómo coño puedo ingeniármelas para adivinar el caballo ganador y aumentar mis beneficios con una apuesta de tan sólo 2 euros?, comencé a ejecutar mi plan, hice cómo el que llamaba a mi amigo Antonio, experto en caballos, manteniendo una conversación ficticia en voz alta delante de todos los apostantes de clase alta, “ Antoniooo, hola ¿qué tal?.., ¿Qué tiene que tener un caballo para saber que es el bueno?...aaaann si, si, lo veo, el 4, buaagg…el 2 también, pero según todo lo que me cuentas, es ese, el 4…adiós, Antonio eres un maquina”. Desvié la atención de mis contrincantes, mi caballo favorito era el 5, sin espacio de tiempo mientras terminaba de decir 5, mi voz subnormal interna dijo: “te la hinco”. La suerte estaba echada, corrí cómo caballo encabritado hacía las taquillas que permanecían cerradas a tan sólo 5... "tela hinco"... minutos de comenzar la carrera, esta vez, en vez de preguntarme el por qué, pregunté a alguien. En definitiva me explicó que cómo hoy era la feria del coche repartían números al azar a los compradores de los stand, si tu número coincidía con el caballo ganador pues algo que te daban, ósea hoy no se apostaba. Al final de la mañana entendí a Eisntein, no se trata de tan sólo hacerse preguntas sin cesar, sino que a las preguntas hay que buscarles respuestas, obsesionado con los caballos y el dinero no respondí a mis cuatro preguntas que me hice al entrar al hipódromo. 

  • MI BIBLIOTECA PARTICULAR
Me encanta mi biblioteca particular, autores como L´Oreal y Fructis de Garnier me trasladan por un mundo lleno de frescura y vitalidad, el gran aventurero Licor del Polo, conmoviéndome con su triple acción, reconduciéndome por las entrañas de mi boca, convirtiéndome en una gran ola verde de enjuague bucal, luchando con malhechores cómo el mal aliento y la caries, escudado por mi compañero el flúor. Cómo no olvidarme del romancero Schwarzkopf, deleitándome con sus fórmulas rehuyendo del encrespamiento, una dulzura narrativa donde su lenguaje va calando en tu interior sin apelmazarte ni resecarte.
Me gustaría visitar vuestras bibliotecas particulares, pero sé que serán más de lo mismo, con personajes ya conocidos como: AQUA, ALCOHOL DENAT, GINSENG, PANTHENOL… y mi personaje favorito el señor BUTANE. 





  • COCHENANDO A FUEGO LENTO.

Cuando me quise dar cuenta estaba asándome dentro de un horno, yo sólo quería volver a casa, cerré la puerta y en seguida las gotas de sudor comenzaron a caerme por la sien, el coche marcaba 46 grados pero la sensación era de 76,5 ni un grado más ni un grado menos, el oxigeno era escaso y caliente, decidí arrancar el motor para que el aire acondicionado se pusiera en marcha, tomando los mandos del auto y..!iiiiiiiiiiiiiiiiiiiaaaaaaaaaaaaaaaggggghhhhh!, te has achicharrado las manos al coger el volante, empiezas a manejar agarrándolo con dos dedos de cada mano, no puedes meter las marchas, la palanca te ha grabado en la palma el simbolito de las marchas, has quedado marcado cómo las vacas, no puedes acelerar más de la primera marcha, el sillón te está quemando la espalda, resoplas y el sudor te está empapando, no puedes manejar y estas muriendo, sólo quieres llegar a casa y comer, enseguida te adelanta un coche por la derecha observándote, sabes que está pensando, "vaya personaje como agarra el volante con los deditos de cada mano, es una nena al volante", tu bien sabes que si el aire funcionara a tope, estarías fresquito agarrándolo fuerte y firmemente como un hombretón, pero no es el caso, sabes que en diez minutos estarás cocinado a fuego lento, doradito con tu grasita saladita y aromatizado con ambientador a pino. ¡Rico, rico!.







  • EL CANTO DEL RUISEÑOR
Qué bien levantarte por la mañana con el canto del ruiseñor, “dos euros un saco de naranjas y por un euro más, un saco más, naranjas especiales, naranjas gordas, naranjas, naranjas, naranjas,  naranjas, dulces como el caramelo, señora saco de naranjas a seis kilos dos euros, naranjas recién cogías del árbol, naranjas dulces como el caramelo, naranjas  especiales, naranjas gordas, naranjas, naranjas, naranjas, dos sacos de naranjas por tres euro... naranjas, naranjas, naranjas” ; todo esto con un repeat incansable, a todo volumen por la calle, la fragoneta de naranjas, un despertador de dos toneladas y media, un concierto de 20 minutos con naranjas a toda hostia. Gracias ruiseñor por desvelarme  por las mañanas, soñando que estoy en medio de un mercadillo aglomerado de personas jugando con el precio de las naranjas, subido en una montaña de naranjas aclamando a la multitud con la mano levantada, apretando los dientes y el puño, exprimiendo  una naranja, chorreándome hasta el codo su zumo dulce como el caramelo y gritando: “Contratad la tarifa de Orange minutos ilimitados al mes y 10 Gb de descarga a 4G, no os arrepentiréis”, percatándome como los futbolistas de la selección holandesa escalan por la montaña de naranjas hasta alcanzarme, finalmente me despierto por el sonido del timbre de la puerta, abro la puerta y no es el ruiseñor, es el butanero que viene a traerme una bombona de gas.











No hay comentarios: